La realidad social de nuestra amada República Dominicana es cada día peor, el nivel de desempleo se nota en las calles donde encontramos a los trabajadores independientes que van vendiendo de manera ambulante absolutamente cualquier cosa que puedas imaginar; el trabajo informal ha tomado un auge tremendo en los denominados chiriperos que buscan su sustento diario en las calles, desde los limpia vidrios, vendedores de frutas, de perros, de celularares, etc.
Hoy quiero dirigirme a un sector específico: las rutas de vehículos públicos. Si quieres saber si tu corazón está capacitado para no morir de un infarto, soportando toda clase de insultos, malos tratos, etc., solo tienes que utilizar estos transportes.
Se paran a hacer turno y hasta que no se llenan no salen, sin importar que tienen que darte un servicio y q puedes llegar tarde a tu destino; en caso de que se decidan a salir, se paran en cada esquina para ver si en el horizonte se ve un alma que venga caminando y que ellos piensan que podría utilizar el transporte, pero que en la mayoría de los casos no es así y entonces tienes que esperar mas.
Si usted salió con el tiempo medido de llegar a su destino, debe sumarle media hora más, a ver si es verdad que llegará; deberá soportar que el chófer lleve un merengue típico o un regaetón a todo volumen explotándole los tímpanos y sin importar la hora y si usted pide que le bajen el volumen lo insultan y hasta lo desmontan del vehículo; deberá soportar que se monten los pasajeros con una cartera, un bulto, una lonchera y un niño en la pierna y pague un solo pasaje, adjudicándole a usted todo lo que lleva encima y estrujándole a usted toda la ropa.
Si el chófer va compitiendo con otro a toda velocidad, tu vida pende de un hilo, ya que en cualquier momento puede chocar, frenar de golpe, hacer un giro, un rebase corte pastelito y tu golpe lo llevas, si no sale el chófer contigo enganchado sin tu haber cerrado la puerta, porque la prisa que lleva no lo deja notar que aún no estás bien montado.
Ay de ti si pagas con dinero entero en la mañana, los insultos que te caen te asaran el día completo.
Si quieres saber si tu corazón resiste un infarto sencillamente usa un transporte público, si sales vivo, no temas, tu corazón es fuerte.
Sin embargo, la desesperación de esos chóferes y vendedores se debe a que no hay otra fuente de empleo, así es que no los juzgo, la carestía de la vida no se corresponde con sus salarios. OJO.
EVA MATT.
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