Martes 7 de agosto de 2012, 7 p. m., me dirijo en un carro de concho a un lugar donde tengo una reunión, a esa hora el tráfico es lento, pero ese día íbamos a buena velocidad.
En un semáforo en rojo hacemos una parada, yo estaba sentada en la parte trasera y miraba hacia afuera, cuando de repente escucho un silbato que viene de dentro del vehículo, miro hacia dentro pero no veo quien silbó, vuelvo la vista hacia afuera y escucho nueva vez el silbato y el vehículo empieza a moverse porque el semáforo había cambiado a verde.
Miro al asiento delantero y estallo en carcajada cuando veo que quien silbaba era el chofer, en ese instante pensé que el carro no tenía bocina y con el silbato el chofer hacía que se movieran los vehículos que tenía delante.
Cuando el chofer escucha mi risa voltea la cara y no tarda en darme la explicación del silbido, diciéndome: -Este silbato es de ese policía de tráfico (AMET) que estaba parado en la esquina, me lo empeñó desde el Sábado para comprar una cerveza, desde ayer yo estoy silbándole cada vez que paso por aquí para devolvérselo y que él me devuelva mi dinero, pero parece que no tiene y ni siquiera levanta la cabeza para mirarme-.
EVA MATT.
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